23 de Abril, Día del Libro y nuestro librero por excelencia nos ha dejado, como una macabra broma pesada de la vida. Soy Unai, su hijo, ahora me toca a mí escribir una despedida, un cierre, vaya papelón. Javi lleva escribiendo aquí años y tuve un gran debate conmigo mismo sobre si cerrarlo o dejarlo abierto, al final creí que dejarlo era lo correcto, era lo que él amaba, “a su pesar”, y es bonito que podamos seguir leyendo tantos años de su pasión. No voy a ponerme emotivo y a recordar lo bueno que era, no es lo que él querría y ya lo sabéis todos de sobra. Pero si quiero agradecerle haberme contagiado la pasión por los libros, y no menos importante, por el cine. He crecido rodeado de libros, he leído desde que era un moco, incluso he escrito recomendaciones siendo bien pequeño, porque quería ser como él, y eso no ha cambiado. Con 12 años me hizo ver “Ciudadano Kane” y la trilogía del “Padrino”, soberano aburrimiento en aquel momento, pero ahora no puedo estar más agradecido. Vivimos entre libros y cine, y se fue entre libros y cine (y lo más importante, entre risas) Pensé también en quitar el apartado de “Estoy leyendo…”, pero luego pensé, “qué tontería, seguro que sigue leyendo”. De tal palo tal astilla, ahora yo, estudiando en Salamanca (como él) y escribiendo sobre cine en una revista (de cuyo nombre no quiero acordarme). Él perdió a su padre de bien joven, y a mí me toca vivir la misma mierda. Es todo injusto y todo una puta mierda, pero creo que (pese a todo) fue feliz, y más importante, se fue feliz. Gracias a todos los que lo habéis acompañado en este viaje, no habría sido el mismo sin vosotros: libreros, escritores, lectores, radiofonistas, “jipis”, periodistas, amigos… A vuestro pesar o no, gracias.
Para cualquier cosa, podéis localizarme aquí, en el correo, en el teléfono, o en las calles de Salamanca… Sentíos libres de compartir y preguntar lo que creáis oportuno.
Un beso a todos.